Allá está la hermandad

Les dijeron que se había quitado la vida, pero no: así murió otro argentino en Bolivia

El muchacho, de 29 años de edad, residía en el barrio 9 de Julio en Tartagal.

QPJ JUJUY

Luego de la muerte del docente salteño, Alejandro Benítez, en el país vecino, otro caso salió a la luz. El pasado 9 de junio Silvestre Castro dejó de llamar a su familia. El muchacho, de 29 años de edad, residía en el barrio 9 de Julio en Tartagal

Tras ello, sus familiares hicieron primero una denuncia en Tartagal y luego se fueron a Yacuiba porque tenían un dato de que podía estar en Bolivia en la casa de una tía.

Se fueron hacia esa localidad a averiguar algo acerca de su paradero. Cuando llegaron no estaba, fueron a la comisaría 4 de Yacuiba, ubicada en pleno centro de la localidad de frontera y la respuesta que recibieron del personal policial fue que no lo conocían, "nunca lo habían visto ni tenían datos".

Pero 24 horas más tarde, al darse cuenta que los familiares no dejarían de buscarlo, los mismos policías bolivianos les informaron que personal de esa misma comisaría -donde supuestamente nadie sabía de él- lo habían encontrado tirado al costado de una ruta y que "40 minutos más tarde de ser auxiliado por el personal policial se suicidó, ahorcándose en la celda en la que fue alojado", detalló el medio El Tribuno.

Denuncian que la fuerza policial de Bolivia nunca les explicó cómo si lo encontraron desmayado al costado de una ruta, en lugar de llevarlo a un centro de salud, lo llevaron detenido. De la misma manera, se preguntaron cómo una persona que estaba inconsciente, pudo, sin que nadie se diera cuenta, quitarse la vida ahorcándose dentro de la celda.

Horas más tarde, cuando fueron a hacer el reconocimiento del cuerpo les dijeron que en realidad estaba muerto hacía más de una semana, es decir a las pocas horas de haberse ausentado de Tartagal.

Gimena, su sobrina, aseguró que el cuerpo no presentaba ninguna lesión ni fractura en el cuello. "El forense nos dijo que murió por una contusión cerebral pero ellos (los policías) la hicieron corta y lo hicieron pasar como que se ahorcó", recordó la jóven. Lo que quedó en evidencia fue que si los familiares desde Argentina no comenzaban a insistir con averiguar su paradero el cuerpo de Silvestre Castro lo más probable es que nunca hubiera aparecido.

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