Lo peor de lo peor

Galarza de Agua Potable recibirá 200 millones y los jujeños no tienen agua

El presidente de la empresa distribuidora del líquido vital administrará fondos para la segunda línea de producción de agua envasada.

QPJ Política

Desde hace semanas los reclamos por la falta de agua en hogares jujeños llegan constantemente. Mientras el repudio generalizado de los vecinos tiene en la mira a Agua Potable, el presidente de la Sociedad del Estado se frota las manos mientras espera los 200 millones que administrará, supuestamente destinados a la segunda línea de producción de Xuma, agua envasada.

Los jujeños esperan que el agua llegue a sus viviendas pero el titular de Agua Potable está más ocupado en envasarla para producir ganancias. Las obras que tanto demandan en localidades como Los Blancos, Las Urracas y tantos otros parajes, no son una prioridad en la agenda de la empresa que ha dejado la responsabilidad en los intendentes.

Y es que los intendentes tampoco se quedan atrás. En el caso de Los Blancos, Eduardo Rivarola, el líder del Ejecutivo Municipal en Palpalá se limita a enviar un camión cisterna que no llega a abastecer las necesidades de todos los residentes, mientras el Concejo Deliberante sigue sin debatir y dar curso al proyecto presentado por los vecinos en compañía de la izquierda. Aquí sigue triunfando la mezquindad política.

En El Carmen, la situación no es para nada distinta. El jefe comunal, Angel Torres, conocido por su discurso de Día de la Independencia (la película), no ha dado soluciones a los vecinos y conseguir el líquido resulta casi tan complejo como en Palpalá.

Como si esto fuese poco, comunidades originarias llevaron a cabo, no hace mucho tiempo, una nueva caminata por el agua y la vida, no solo por la contaminación de las mineras, sino también por la dificultad que viven a diario a la hora de obtener el preciado líquido.

Lo cierto es que la empresa embotelladora avanza, consigue mayores inversiones y su presidente administra un negocio cada vez más redondo. Agua Potable, se desentiende de las obras que resolverían la problemática de los vecinos y culpa a los intendentes que con un camión creen poder calmar la indignante necesidad y la terrible carencia que sufren a diario.

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