La dura caída de una ex GH: terminó endeudada y sin trabajo
La joven reveló en una entrevista que su situación económica se complicó más de lo que imaginaba.
Katia Fenocchio, una de las figuras jóvenes que dejó Gran Hermano 2025, reapareció públicamente y reveló que está lidiando con un panorama económico complejo.
En una entrevista en el ciclo "Se Picó", de República Z, la exjugadora contó que, lejos de la exposición televisiva, hoy enfrenta deudas importantes y dificultades para conseguir un ingreso estable.
Durante la charla con Gastón Trezeguet, Fenocchio admitió que la situación la desbordó más de una vez. "Está todo muy complicado, está difícil de verdad", expresó al describir cómo la falta de oportunidades laborales la empujó a retomar el trabajo en moto para aplicaciones de reparto.
Fenocchio sostuvo que, desde que salió del reality, no logró insertarse en ningún proyecto sostenido: "No estoy consiguiendo laburo. Me moví por todos lados y nada". En ese camino, intentó impulsar un emprendimiento de indumentaria y también apostó a montar su propio espacio de streaming, inversiones que terminaron aumentando sus deudas.
"Hay que pagar las tarjetas y están explotadas. Todo lo que hice fue una inversión, pero la plata no vuelve de inmediato", señaló. Incluso relató que actualmente depende de la ayuda de su pareja: "Si no fuera por mi novio, no sé qué haría. Él me está cubriendo el alquiler".
Su regreso al delivery y un episodio que la dejó aún peor
La ex GH explicó que decidió volver a repartir a pesar de los riesgos y de la exposición que implica para alguien que ya es reconocida públicicamente. "No tengo problema en laburar de lo que sea. Ayer agarré la moto y salí a hacer delivery", dijo. Sin embargo, la jornada terminó siendo un fracaso: "Me fue re mal, quedó todo peor. Ahora le debo 80 lucas a la aplicación".
Fenocchio detalló que un amigo la acompañó para que no se sintiera incómoda al volver a un trabajo que había dejado antes de entrar al reality. En una de las primeras entregas, todo salió mal: "Cuando él me pasó el pedido de la mochila, se nos cayó. Era sushi. La clienta estaba mirando y después no me abrió la puerta. ¿Qué iba a hacer? Si discutía, perdía yo".
La joven describió que este hecho la dejó con una deuda inesperada y sin margen para seguir trabajando ese día. Aun así, remarcó que piensa insistir: "No me queda otra que seguir intentando".


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