De carne y hueso

Grasa de cadáver y sangre de su hijo, el tratamiento extremo de la Barbie argentina

Hizo todo en su vida para parecerse a la muñeca y al día de hoy, no quiere decir cuántos años tiene.

QPJ Zapping

"Le extraen 1 litro de sangre a mi hijo y me la ponen a mí", dijo la Barbie humana. Es argentina, no quiere revelar su edad, dijo que es "como un vampiro" y la fulminaron por lo que hace como mamá, buscando la "eterna juventud".

"Le extraen un litro de sangre a mi hijo y me la transfieren, soy como un vampiro": la Barbie humana argentina y su búsqueda de la juventud eterna. En las redes la fulminaron...

Cirugías estéticas, transfusión de plasma joven, células madre e incluso la inyección de grasa de donante forman parte del repertorio con el que Marcela Iglesias busca frenar el paso del tiempo. Informe especial de Infobae

Barbie Marcela Iglesias, conocida a nivel internacional como la Barbie humana, ha convertido su cuerpo en un laboratorio viviente y explora los límites de la ciencia médica y estética en búsqueda de frenar el paso del tiempo. Radicada en Hollywood, se ha sometido a una serie de procedimientos, como una cirugía mamaria, transfusiones de sangre procedentes de su hijo, tratamientos con células madre e inyecciones de grasa de donante. Su objetivo principal es ralentizar el envejecimiento y alcanzar el ideal de belleza que persigue desde su adolescencia.

La transformación de Marcela se inició mucho antes de establecerse en Estados Unidos. Durante su infancia, la negativa de su madre a comprarle una Barbie, por considerarla una figura sexualizada y dirigida a adultos, marcó el inicio de una obsesión que perduró toda su vida. "Mi mamá nunca me quiso comprar la muñeca porque a ella no le gustaba. Entonces de grande decidí transformarme en una", explicó.

En su adolescencia ya buscaba un cuerpo estilizado, usaba ropa llamativa y lucía reflejos rubios. Sin embargo, recién al mudarse fuera del país decidió enfocarse por completo en su imagen. "Siempre me gustó llamar la atención. Me gusta maquillarme y vestirme de forma llamativa. Aprendí que la gente tiene derecho a tener una opinión, pero esa opinión no tiene por qué afectarme", afirmó.

La transfusión de plasma joven, realizada con sangre de su hijo, es uno de los procedimientos más exclusivos y costosos que se realizó

Su incursión en el mundo del biohacking y la medicina regenerativa la llevó a someterse a procedimientos que pocos se atreven a probar. Uno de los tratamientos más llamativos que ha adoptado es la transfusión de plasma joven, un procedimiento que involucra directamente a su hijo. "Le extraen sangre a mi hijo y me la dan a mí. Soy una especie de vampiro", señaló Iglesias.

El procedimiento, denominado Multi Generation Plasma Transfusion, requiere compatibilidad y que el donante sea más joven. "Tenemos que ser 100% compatibles. Sí o sí tiene que ser mi hijo o un familiar que tenga el mismo tipo de sangre, pero siempre la persona tiene que ser más joven, si no no sirve. Es para que yo pueda vivir más años con mejor calidad de vida", sostuvo. Este tratamiento exclusivo tiene un costo aproximado de 15 mil dólares.

Además, en 2022 se realizó una cirugía de aumento de busto y, aunque aún no se ha sometido a intervenciones faciales, no descarta un lifting en el futuro.

Las inyecciones de "grasa de cadáver" en manos, piernas y rostro son parte de la rutina estética de Iglesias en Los Ángeles

La exploración de Iglesias en el ámbito de la medicina regenerativa incluye también la aplicación de células madre provenientes de cordón umbilical. "Tengo 30 millones de células madres que generan nuevas células en mi cuerpo. Te las inyectan directamente al torrente sanguíneo", describió. "Cuando me hice el tratamiento costaba 6 mil dólares. Ahora fui a averiguar para hacermelo por segunda vez y, después de cinco años, cuesta 12 mil", indicó en relación a los precios que debe afrontar para cumplir su objetivo.

Entre los métodos menos convencionales que ha incorporado a su rutina se encuentra la inyección de grasa de donante. Se trata de material que se le extrae a personas donantes fallecidas. Esa grasa es procesada y filtrada para su uso estético. "Donde yo vivo esto es re normal", aseguró en referencia a Los Ángeles.

Ha recibido estas inyecciones en piernas, manos y rostro, y destaca su preferencia por unas manos de aspecto juvenil. "A mí particularmente me gustan las manos que se vean bien gorditas, es como signo de juventud", opinó. Cada aplicación cuesta entre 1.200 y 1.300 dólares.

El temor a envejecer es una motivación constante en la vida de Marcela. "Me da miedo envejecer, me da miedo llegar a la vejez toda achacada. A eso le tengo miedo, a no llegar bien", confesó. De allí surge su inalcanzable voluntad de experimentar con nuevos tratamientos. "Yo pruebo cosas. Soy como un chanchito de la India, voy probando", admitió.

El miedo a envejecer impulsa a Iglesias a experimentar con terapias innovadoras para frenar el paso del tiempo.

"Donde yo vivo, esto es re normal", insistió Marcela y subrayó la naturalidad con la que se viven estas prácticas en el epicentro global de la cultura de la imagen y el rejuvenecimiento. La inversión económica, aunque considerable, no representa un obstáculo para su búsqueda. "Llevo gastados unos 100 mil dólares más o menos en mantenerme", calculó informó Infobae.

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