No me la contés

"Es un chanta": Tinelli envuelto en otra polémica por un canje con un hotel

La dueña del establecimiento cuestionó públicamente la forma en que fue mostrado su hotel tras un acuerdo con la producción del reality "Los Tinelli".

QPJ Zapping

Marcelo Tinelli volvió a quedar en el centro de la escena mediática, esta vez por un conflicto surgido a partir de la grabación de su reality "Los Tinelli" en un exclusivo hotel de Mendoza. El episodio se suma a una seguidilla de situaciones adversas que marcaron el año del conductor y empresario.

Según trascendió en las últimas horas, la controversia se originó luego de que la producción del programa se alojara en el establecimiento a partir de un acuerdo de canje. La propuesta contemplaba la utilización del hotel como locación, con la expectativa de que el lugar fuera mostrado en sintonía con el perfil y prestigio que lo caracteriza.

No obstante, tras la emisión de algunos fragmentos del reality, la propietaria del hotel, la reconocida empresaria mendocina Susana Balbo, expresó su malestar por el tratamiento que recibió el establecimiento en pantalla. De acuerdo a lo expuesto en el programa Puro Show (El Trece), la edición final habría dejado una imagen negativa del lugar, muy distante de lo que se había acordado inicialmente.

Desde el ciclo televisivo explicaron que la empresaria aceptó la propuesta confiando en que se trataba de una simple grabación del reality, sin imaginar que el resultado terminaría afectando la percepción pública del hotel. Con el correr de las emisiones y la viralización de recortes en redes sociales, el enojo fue en aumento.

Incluso, se señaló que Balbo se sintió expuesta y desvalorizada al advertir que el establecimiento había sido utilizado con un tono que consideró burlón. La situación generó un fuerte impacto, especialmente por tratarse de una marca asociada históricamente al turismo de alta gama en la provincia.

Ante la repercusión, trascendió que Tinelli se habría comunicado de manera privada con la dueña del hotel para ofrecerle disculpas y bajar la tensión. Sin embargo, el episodio volvió a instalar cuestionamientos sobre los límites del humor, la edición televisiva y las responsabilidades que conlleva mostrar marcas y espacios reales en un formato de entretenimiento.

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