El papá de L-Gante lo destruyó y le dijo que no tiene ni para cargar gasoil

La tensión entre L-Gante y su padre, Miguel Ángel Prosi, volvió a quedar expuesta luego de nuevas declaraciones realizadas por el propio Prosi en una entrevista con Juan Etchegoyen para Mitre Live. Allí, relató un fuerte cruce que -según afirmó- se produjo días atrás y que derivó en un quiebre definitivo en el vínculo.

Prosi explicó que la discusión comenzó luego de que Elián lo contactara para pedirle ayuda. "Tuvimos un fuerte cruce en voz elevada de ambas partes. Él se sinceró sobre lo que piensa de mí y yo de él. Me sentí mal, usado, porque después del programa de Juana Viale me salió a ningunear", expresó.

Según su testimonio, el llamado terminó con reproches mutuos y con la decisión de distanciarse. "Ahí se terminó la relación", afirmó.

El padre del cantante también sostuvo que antes del conflicto había consultado a una persona en común para saber cómo lo veía su hijo y que pidió que ese comentario fuera grabado. Negó cualquier interés económico: "A mí lo que menos me hace falta es algo económico".

Sobre la pelea telefónica, detalló: "Menos bonito nos dijimos de todo. No busco victimizarme, pero él está muy lejos de la realidad. Es un chico con una adolescencia inconclusa y una rebeldía ficticia. No logra soluciones, solo las evade".

En otro tramo, Prosi aseguró que Elián cuestionó su ausencia en etapas de su vida, y que le respondió que no buscaba justificar nada. "Esto no tiene vuelta atrás", expresó.

También mencionó diferencias sobre el manejo profesional de L-Gante. "Le pregunté quién era el jefe de su empresa. Me dijo ‘yo'. Y yo le dije que si no tenía plata ni para cargar gasoil, algo estaba haciendo mal".

El enojo de Prosi se profundizó tras la participación de L-Gante en el programa de Juana Viale. "Le dije: ‘Para qué me llamaste si vas a decir eso'. No le debo nada a nadie. Me dice que estoy dolido porque tiene un hijo millonario y yo le respondí: ‘¿Cuál, el de España?'".

Las declaraciones reavivan un conflicto que lleva años y que, a juzgar por las palabras del propio Prosi, no tiene señales de reconciliación inmediata.