Qué significa "León XIV": el misterio detrás el nombre del nuevo Papa
El nuevo Sumo Pontífice es Robert Prevost, tiene 69 años y eligió un nombre que remite a fuerza, liderazgo y tiempos de cambio.
El Vaticano anunció este miércoles al nuevo Sumo Pontífice: se trata de Robert Prevost, de 69 años y nacionalidad estadounidense. Cercano al papa Francisco, el nuevo líder de la Iglesia Católica eligió llamarse León XIV, un nombre cargado de historia y simbolismo.
El nombre papal "León" fue utilizado por varios pontífices a lo largo de los siglos. El más recordado es León I, también conocido como San León Magno, quien ocupó el trono de Pedro en el siglo V. Fue célebre por su defensa de la doctrina católica frente a las herejías y por su firmeza al enfrentarse a Atila el Huno. Tomar ese nombre sugiere una intención de liderar con fuerza, autoridad doctrinal y valentía en tiempos de desafíos.
El número XIV indica que es el decimocuarto pontífice en adoptar ese nombre. El último fue León XIII, quien gobernó entre 1878 y 1903 y se destacó por su encíclica Rerum Novarum, donde abordó los derechos de los trabajadores y la cuestión social. De esta manera, León XIV también podría estar marcando una línea de continuidad con ese compromiso por lo social.
El cambio de nombre tiene un profundo significado espiritual. Remite a episodios bíblicos en los que Dios cambia el nombre de quienes asume para una misión especial, como cuando Simón se convirtió en Pedro o Saulo en Pablo. Al asumir un nuevo nombre, el papa deja atrás su vida personal como cardenal para tomar una nueva identidad como guía universal de la Iglesia.
Además, elegir el nombre de un pontífice anterior puede representar la intención de continuar con su legado, valores o estilo de liderazgo. En algunos casos, el cambio también implica una ruptura con el pasado personal y una apertura a una etapa completamente nueva.
Los nombres elegidos por los últimos papas también ofrecen claves sobre sus intenciones:
Francisco (Jorge Bergoglio, 2013): en honor a San Francisco de Asís, símbolo de humildad y compromiso con los pobres.
Benedicto (Joseph Ratzinger, 2005): en referencia a Benedicto XV y a San Benito.
Juan Pablo (Albino Luciani y luego Karol Wojtyla): una doble evocación a Juan XXIII y Pablo VI, impulsores del Concilio Vaticano II.
Juan y Pablo también fueron comunes en el siglo XX, mientras que Pío, de tradición más conservadora, dejó de usarse tras Pío XII en 1958.
Comentarios