Amén

Develan hermosa oración a la Virgen, sirve para destrabar problemas urgentes

Está confirmado que es milagrosa y hay dos versiones de la plegaria que hay que rezarle para que se cumpla todo

QPJ SOCIEDAD

La devoción a la Virgen Desatanudos se basa en una imagen pintada en 1700 en Augsburgo, Alemania, y asociada a una antigua iglesia local. En la pintura, la Virgen María desata nudos de una cinta, simbolizando la liberación de ataduras y confusiones. Esta devoción ha ganado popularidad como un medio para buscar la intercesión de la Virgen en la resolución de problemas en todo el mundo. Dicen que concede milagros.

"Santa María, llena de la Presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre, el maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones. Ya, junto a tu Hijo, intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas. Y, al quedarte para siempre como Madre nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, la que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que recibas en tus manos (realizar la petición), y que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo. Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal.

Señora nuestra, desata los nudos que nos impiden nos unamos a Dios, para que, libres de toda confusión y error, lo hallemos en todas las cosas, tengamos en Él puestos nuestros corazones y podamos servirle siempre en nuestros hermanos. Amén".

Otra oración de consagración a la Virgen dice así:

"Señora y Madre mía, Virgen Santa María, la que desata los nudos; a tus pies me encuentro para consagrarme a ti. Con filial afecto te ofrezco en este día cuanto soy y cuanto tengo: mis ojos, para mirarte; mis oídos, para escucharte; mi voz, para cantar tus alabanzas; mi vida, para servirte; mi corazón, para amarte. Acepta, Madre mía el ofrecimiento que te hago y colócame junto a tu corazón inmaculado. Ya que soy todo tuyo,

Madre de misericordia, la que desata los nudos que aprisionan nuestro pobre corazón, guárdame y protégeme como posesión tuya. No permitas que me deje seducir por el maligno, ni que mi corazón quede enredado/a en sus engaños. Enséñame a aceptar los límites de mi condición humana, sin olvidar que puedo superarme con la ayuda de la gracia y que agradezca siempre a Dios por mi existencia. Ilumíname para que no deseche al Creador por las criaturas, ni me aparte del camino que él pensó para mí. Amén".

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