Tremenda historia

Juntó latas y botellas durante 7 años y logró comprarse una casa

Un hombre de 37 años, usó el reciclaje como herramienta para cumplir su sueño de la casa propia.

QPJ SOCIEDAD

Lo que comenzó como una acción ecológica terminó por convertirse en un ejemplo de constancia, compromiso ambiental y superación personal. Damian Gordon, un australiano de 37 años, logró comprarse una casa tras pasar siete años recolectando latas y botellas reciclables. La historia, que conmovió a miles en redes sociales y medios internacionales, demuestra que pequeñas acciones pueden generar grandes transformaciones.

Gordon inició su recorrido en 2017 con un objetivo claro: colaborar con el cuidado del medio ambiente. Sin embargo, pronto advirtió que ese gesto podía tener también un rédito económico. A través del programa "Return and Earn" (Regresa y Gana), el gobierno australiano otorga 10 centavos por cada envase reciclado. Damian no dudó en sumarse.

Desde entonces, recorrió calles, playas, parques y festivales en busca de envases descartados. Su balance es asombroso: recolectó alrededor de 450.000 latas y botellas, lo que le permitió juntar cerca de 45.000 dólares australianos (unos 30.000 dólares estadounidenses).

El dinero lo destinó íntegramente a la compra de una casa de dos habitaciones ubicada en la costa central de Nueva Gales del Sur, a la que accedió a través de una subasta. "Es una antigua choza de pescadores, pero tengo la suerte de tener un techo sobre mi cabeza", contó emocionado a ABC News Australia.

Una de las claves de su estrategia fue la disciplina financiera. "Acumulaba y depositaba todo en una cuenta bancaria en la que no podía ver el saldo. Eso me ayudó a mantenerme enfocado", explicó.

Gordon asegura que nunca pensó que el reciclaje le daría tanto. "Reciclar y cuidar el medio ambiente es parte de lo que soy", reflexionó. Hoy, además de vivir en su propia casa, se convirtió en un símbolo de inspiración para quienes apuestan a cambiar el mundo desde lo cotidiano.

Su historia es un testimonio de cómo la conciencia ecológica, la constancia y el esfuerzo pueden abrir puertas impensadas, incluso la de un hogar. 

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