Claudio tiene 31 años pero parece un niño: la misma enfermedad que Messi

Claudio tiene 31 años, pero su cuerpo parece el de un niño de 10. A lo largo de su vida enfrentó numerosas dificultades por una condición poco común: déficit de la hormona de crecimiento, la misma que fue tratada en su momento por Lionel Messi, pero que en su caso quedó interrumpida por falta de recursos.

Desde pequeño notó que algo no era igual. "Tenía amigos que eran casi de mi altura. Después me los crucé y ya habían crecido. Yo no", contó en una entrevista. En ese momento, comenzó un tratamiento médico, pero la enfermedad de su padre y las limitaciones económicas forzaron a suspenderlo cuando apenas tenía ocho años. "El médico me dijo que había que seguirlo, pero no pudimos", lamentó su madre, Marta.

La realidad que vive "Pollo" dista mucho de la de cualquier joven de su edad. Comparte una casa de techo de chapa con su mamá y su hermana. Cada vez que llueve, el agua entra por todos lados. No tienen agua corriente y deben recurrir a vecinos o caminar hasta una estación de servicio para conseguir lo básico.

"Mi sueño no es para mí. Es para mi familia. Quiero que mi casa sea segura, que no se moje más, que mi mamá esté bien. Después, si puedo, recién pienso en mí", explicó con una sinceridad que emociona.

Su crecimiento no sólo fue limitado en lo físico. También sufrió bullying y discriminación durante años. "Me pegaban, me empujaban, me decían cosas. Me dolía, pero no lo decía. Me lo guardaba todo", relató.

A pesar de todo, Claudio no baja los brazos. Sueña con conseguir un trabajo estable. "Me gustaría estar en una panadería, en un kiosco, de mozo, lo que sea. Quiero trabajar y ayudar a mi mamá", dice con esperanza.

Actualmente, trabaja junto a una vecina del barrio vendiendo milanesas. En su comunidad, todos lo conocen y lo quieren. "Siempre está de buen humor, ayudando, es un ejemplo de lucha", dicen quienes lo rodean.

"Me hubiese gustado seguir el tratamiento como Messi. Me hubiese gustado crecer... pero me acepté como soy", concluyó Claudio, demostrando que la grandeza también puede medirse en resiliencia.