Así viven hoy los rugbiers condenados por el asesinato de Fernando Báez Sosa
Algunos estudian, otros trabajan y todos esperan la decisión final de la Corte Suprema.
Casi seis años después del asesinato de Fernando Báez Sosa, los ocho rugbiers condenados por el crimen continúan cumpliendo sus penas en la Alcaidía N° 3 de Melchor Romero, en la provincia de Buenos Aires. Mientras la familia de la víctima mantiene viva su lucha por una sentencia firme, los condenados atraviesan rutinas marcadas por el encierro, las visitas semanales y las actividades de reinserción.
Entre ellos, Máximo Thomsen, de 25 años, considerado el principal responsable del ataque, cumple prisión perpetua y permanece aislado tras protagonizar una pelea con otro interno. Participa en talleres de alfabetización jurídica y derechos humanos.
Otro de los condenados perpetuos, Luciano Pertossi, de 23 años, también se encuentra en aislamiento. Trascendió que habría intentado quitarse la vida, aunque su familia lo desmintió y el Servicio Penitenciario no confirmó el hecho.
Ciro Pertossi (24) comparte la rutina general con sus compañeros, realiza actividades recreativas y recibe visitas semanales. En tanto, Lucas Pertossi (26), uno de los condenados a 15 años, se encuentra cursando la carrera de abogacía y participa en talleres de huerta y cocina.
Por su parte, Enzo Comelli (24) y Matías Benicelli (25), ambos con prisión perpetua, también se sumaron a programas educativos y laborales dentro del penal. Blas Cinalli (23) y Ayrton Viollaz (25), sentenciados a 15 años, mantienen un régimen similar.
Los jueves, entre las 13 y las 17, todos los rugbiers reciben la visita de sus familiares, que llegan con alimentos y elementos personales para acompañar las largas jornadas de encierro. Mientras tanto, las defensas aguardan la resolución de la Corte Suprema de Justicia, que deberá definir en los próximos meses si ratifica o modifica las condenas.


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