La industria nacional muy complicada: crecen las importaciones y la producción local pierde terreno

La industria argentina atraviesa un escenario contradictorio. Aunque algunos rubros vinculados a la exportación mantienen números positivos, la producción local vuelve a caer, presionada por el fuerte avance de las importaciones, especialmente en el sector de Alimentos y Bebidas, uno de los de mayor peso dentro del Índice de Producción Industrial (IPI) que mide el INDEC.

Según datos oficiales, esta división -clave para explicar la performance industrial- acumuló una caída del 5,3% entre noviembre de 2024 y octubre de 2025, pese a ser uno de los pocos sectores que aún exhibe una variación positiva en el balance general de la gestión de Javier Milei.

Un informe reciente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) advierte que las importaciones de Bienes de Consumo alcanzaron entre enero y septiembre de 2025 su nivel más alto desde 2004. Dentro de ese total, el ingreso de productos alimenticios importados fue determinante.

En números concretos, las compras externas de alimentos sumaron u$s1.373,7 millones, lo que representa un aumento del 49,4% interanual y un salto aún más marcado del 77,4% en comparación con 2023. Para CEPA, este fenómeno está directamente vinculado con la política de apertura comercial impulsada por el Gobierno nacional.

Dentro de la industria alimenticia, los segmentos más relevantes incluyen panificados y pastas, molienda de soja y cereales, bebidas no alcohólicas, carnes, lácteos y vinos. En varios de estos rubros ya se observan impactos concretos del aumento de importaciones sobre la producción local.

Uno de los casos más llamativos es el de carnes y despojos comestibles. De acuerdo con el INDEC, las importaciones en este capítulo crecieron un 430% interanual en lo que va de 2025, pasando de u$s46 millones a u$s246 millones. El informe de CEPA destaca que empresas como Swift registraron un crecimiento superior al 4.000% respecto de 2023, año en el que prácticamente no realizaban compras externas, quedando solo por detrás de Quickfood.

También se encendieron luces de alerta en el segmento de panificados y productos de pastelería, donde las importaciones subieron un 104% interanual, al pasar de u$s55 millones a u$s112 millones. En este rubro, CEPA señaló aumentos de tres dígitos en firmas como Coto y Fargo, además del caso de Carrefour, que en 2023 no registraba importaciones en estos productos y hoy aparece entre los actores relevantes.

El panorama deja al descubierto una tensión creciente: mientras la apertura económica impulsa el ingreso de alimentos importados y mejora algunos indicadores comerciales, la industria nacional enfrenta una pérdida de volumen productivo que pone en duda la sostenibilidad del modelo en el mediano plazo. La evolución de la producción, el empleo industrial y el consumo interno será clave para medir el verdadero impacto de esta etapa económica.