Jujuy cumple diez años de transformación verde con GIRSU como protagonista
El Ministerio de Ambiente y Cambio Climático presentó su informe final tras una década de políticas públicas que modificaron el mapa ambiental de la provincia y consolidaron a GIRSU como el eje del nuevo modelo de gestión.
Diez años después de haber iniciado un camino que buscaba cambiar la matriz ambiental de la provincia, Jujuy muestra resultados que hace una década parecían imposibles. La ministra María Inés Zigarán, que concluyó su gestión para asumir como diputada nacional, dejó al gobernador Carlos Sadir un informe que repasa los principales hitos de un período que instaló a Jujuy en la agenda nacional e internacional del clima. El documento resume un recorrido donde la construcción de políticas públicas, la institucionalidad y el trabajo territorial dieron forma a un proceso sostenido que modificó la manera en que la provincia piensa, gestiona y protege su ambiente.
En ese marco, la puesta en marcha del sistema GIRSU se convirtió en una de las transformaciones más profundas. Donde antes había basurales a cielo abierto, hoy funcionan ocho plantas de tratamiento de residuos, estaciones de transferencia y puntos de acopio que permiten procesar el 95 por ciento de los residuos generados en la provincia. A la infraestructura se sumó una inversión sin precedentes en vehículos, contenedores y equipamiento para municipios y comisiones municipales, además del cierre de 23 basurales históricos y la construcción de la primera planta de biogás del NOA, destinada a convertir residuos orgánicos en energía. GIRSU también dejó una huella social: más de doscientas personas que vivían de la basura recuperaron derechos, recibieron acompañamiento y se organizaron en cooperativas que hoy prestan servicio dentro del sistema.
El informe repasó además avances en la gestión de residuos especiales. La provincia incorporó soluciones para aceites vegetales usados, medicamentos vencidos, neumáticos, pilas, colillas y residuos electrónicos, y construyó una planta de tratamiento de residuos patógenos que garantiza procesos seguros y controlados. Estos desarrollos se suman a la actualización y distribución periódica de los fondos de la Ley de Bosques, que crecieron de manera exponencial pese al estancamiento presupuestario a nivel nacional, y a la implementación del SACVEFOR y herramientas digitales que mejoraron la trazabilidad y el control del manejo forestal.
El sistema de áreas protegidas también atravesó un crecimiento decisivo. Con nuevas reservas, actualizaciones de planes de manejo y el fortalecimiento de la esquila sustentable de vicuñas junto a comunidades rurales, Jujuy alcanzó el 40 por ciento de su territorio bajo alguna categoría de protección. Se modernizaron infraestructuras, se creó el Parque Provincial La Reina y se inauguró la Estación Científica Lagunas de Vilama, mientras que el trabajo del CAFAJu permitió recuperar y reinsertar fauna autóctona, además de impulsar campañas contra el tráfico y la tenencia ilegal.
En materia climática, la provincia consolidó un marco normativo que la posicionó entre las primeras en el país en contar con una ley específica, un plan de respuesta y una estructura institucional dedicada exclusivamente al cambio climático. A lo largo de los años se organizaron conferencias provinciales, mesas sectoriales y encuentros con gobiernos locales, además de una activa participación en espacios internacionales como las COP de Alemania, Egipto, Colombia, Azerbaiyán y Brasil. Jujuy puso en marcha programas empresariales, capacitaciones, diplomaturas y acciones de sensibilización social que ampliaron la participación de distintos sectores.
La educación ambiental acompañó este proceso con un plan pionero a nivel nacional, leyes propias, ciclos audiovisuales, proyectos escolares y la implementación de la Ley Yolanda, que alcanzó a miles de funcionarios y trabajadores. La agenda educativa se extendió a escuelas, espacios culturales y organismos públicos, integrando formación, prevención y participación comunitaria.
Tras una década de cambios estructurales, el balance expone una provincia que consolidó políticas de largo plazo, fortaleció instituciones y amplió su capacidad de respuesta en materia ambiental, climática y educativa. En ese recorrido, GIRSU aparece como la pieza que permitió materializar la transición hacia un modelo moderno de gestión de residuos, con impacto territorial, social y productivo. Jujuy cierra así un ciclo que redefine su relación con el ambiente y proyecta un nuevo piso de exigencias para los próximos años.


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