Cristina Kirchner: cárcel domiciliaria vs. cárcel común
Todas las cosas que la ex presidenta puede hacer en San José 1111 y que no podría hacer desde una celda en un penal.
Cristina Kirchner cumple arresto domiciliario en un departamento de cuatro dormitorios en San José 1111, donde cuenta con ciertos privilegios habilitados por la Ley 24.660. Puede pedir delivery, usar celular, navegar por internet, ver series, leer diarios digitales y hacer compras por aplicaciones, beneficios que no están permitidos para los presos en cárceles comunes. Sin embargo, tiene prohibido salir del domicilio y debe recibir cualquier entrega en el palier del edificio o en la puerta del segundo piso.
El uso del servicio doméstico aún está en evaluación por parte de la Justicia. Cristina tiene plazo hasta el lunes para presentar una lista de personas autorizadas a ingresar sin pedido judicial, donde incluiría a Zulma y Nancy, quienes la asisten cotidianamente. También deberá informar qué secretarios o colaboradores pueden acceder libremente a su casa, como Mariano Cabral, uno de sus asistentes más cercanos.
La ex presidenta presentó un escrito pidiendo flexibilizar aún más las condiciones de su detención, reclamando poder recibir visitas sin restricciones, incluidas figuras políticas nacionales e internacionales. Argumenta que como dirigente opositora no debería ver limitado su derecho a interactuar políticamente. Puso como ejemplo las visitas que recibió Lula Da Silva en prisión, aunque en ese caso también fueron bajo autorización judicial.
Cristina ya tiene colocada una tobillera electrónica y está bajo supervisión del Servicio Penitenciario Federal, a cargo de Patricia Bullrich. También se instaló un teléfono que debe atender en cualquier momento para confirmar su presencia en el domicilio. El operativo de control se coordina entre la Policía Federal, el SPF y la Policía de la Ciudad. Cristina vivirá allí durante los próximos seis años, en un departamento de 190 metros cuadrados con siete ambientes, adquirido por su hija Florencia en 2015.
Es una caradura que a pesar de ser condenada como correspondia, quiere tener privilegios que supuestamente no deberia ni siquiera pedirlos. Espero que la Justicia, se ponga los pantalones y haga lo que dicta la Ley y listo.
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SEÑORES QUE CUMPLA SU CONDENA EN UNA UNIDAD PENITENCIA VIT. COMO MUCHOS
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