Bagayeros secuestraron a un salteño: el caso que paralizó a todo el norte
Le privaron su libertad porque sospechaban que había robado bolsones de hojas de coca.
Tras pasar 35 días detenidos, dos hombres y dos mujeres fueron liberados esta semana luego de una audiencia multipropósito que se realizó en Orán. Los cuatro habían sido acusados de privación ilegítima de la libertad y robo calificado, tras un confuso episodio vinculado al contrabando de hojas de coca entre Bolivia y Argentina, una actividad ilegal pero tolerada en las fronteras del norte salteño.
El hecho que originó el conflicto ocurrió el 31 de marzo y está atravesado por el mundo del bagayeo, como se conoce al paso informal de mercancía -principalmente hojas de coca- desde Bolivia hacia el territorio argentino. Según consta en la denuncia, Mandy Noveno, un joven de 25 años de Taranto que trabajaba como bagayero, fue acusado por una mujer identificada como Vilma Díaz (41), presunta "patrona" de Orán, de haberle robado unos bultos.
Noveno fue subido a una camioneta Amarok -según su denuncia- con la cabeza tapada con una remera negra y las manos atadas con una soga. En el trayecto, habría sido golpeado y despojado de su celular. Luego, lo llevaron hasta la orilla del río Bermejo para que devolviera la supuesta carga robada. Noveno dijo que los bultos estaban en una isla, se arrojó al río y desapareció, indicó Fuera de la Ley.
El incidente generó una fuerte reacción: familiares, amigos y colegas del joven creyeron que lo habían matado, por lo que atacaron con machetes y armas la vivienda de Díaz en Orán. Sin embargo, Noveno apareció más tarde ileso y se dirigió directamente a la comisaría para denunciar lo ocurrido.
La causa derivó en la detención de Vilma Díaz, su hija de 22 años, Bruno Alberto "Mecha" Ramírez (37) y Jesús Rodrigo Masa (22), todos acusados por secuestro y robo. Sin embargo, durante la audiencia, sus defensas -encabezadas por los abogados Sergio Herrera, Cecilia Barba y Cristian Illesca- señalaron contradicciones en el relato de la víctima.
Varios testigos aseguraron haber visto al joven trasladándose tranquilo en la camioneta, sin señales de coerción. Además, quienes supuestamente le prestaron un teléfono para comunicarse tras la fuga negaron haberlo hecho.
Ante la falta de pruebas sólidas, el juez rechazó el pedido de prisión preventiva y los imputados recuperaron la libertad. El caso, sin embargo, expuso una vez más la conflictividad que atraviesa al circuito del bagayeo en el norte salteño, donde la informalidad, la violencia y la ausencia de controles efectivos alimentan tensiones constantes entre quienes se disputan el paso de cargas por el río Bermejo.
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