Ni Quispe ni Mamani: los 20 apellidos más comunes de Argentina

Ni los Pérez ni los García: los González y los Rodríguez son los apellidos que encabezan el ranking nacional, según un relevamiento del Registro Nacional de las Personas al que accedió LA NACION. En total, los 20 que están en la cima representan a más del 16 por ciento de la población total proyectada para el 2018 en la Argentina, que supera los 44 millones.

Si los González decidieran fundar una ciudad y mudarse todos juntos, tendría casi la misma población de San Miguel de Tucumán y alrededores: son 777.541 personas en el país las que tienen ese apellido.

Federico y Ezequiel González son hermanos y, consultados por LA NACION, dijeron que más de una vez se preguntaron por cuántos eran los argentinos que compartían su apellido. "Lo pensé, pero siempre me pareció incalculable", dijo Federico, y su hermano agregó: "Hace unos años fue la publicidad de Quilmes del casamiento de González y García. En ese momento me picó el interés por saber cuántos seríamos".

Federico contó que intentó reconstruir el árbol genealógico de la familia, pero que llegó a unas pocas generaciones previas a la suya. También detalló que, en más de una oportunidad, lo confundieron con un homónimo en la facultad o en el colegio.

Los Rodríguez

La ciudad imaginaria que podrían fundar los Rodríguez tendría la cantidad de población que tiene La Plata. Son 632.798 argentinos los que llevan ese apellido y, según el Indec, en esa ciudad viven 643.133 personas.

A pesar de ser tantos, Walter Rodríguez no tuvo la suerte de cruzarse con demasiadas personas que tengan su mismo apellido: "Soy consciente de que es uno de los apellidos más comunes, pero no me ha tocado cruzarme con muchos. De hecho, en la escuela, en la secundaria y en el terciario me habré cruzado solo con uno o 2 compañeros con el mismo apellido".

Walter también intentó rastrear al primero de la dinastía. "Resultó que en internet hay varias páginas para armar árboles genealógicos que proporcionan gráficos, pero no pude reconstruir más allá de mis abuelos. Ellos son, de ambos lados, gente de campo, y no conocen el paradero ni recuerdan otros nombres que no sean de los padres o hermanos", contó.

"No tuve problemas con homónimos, más que levantarme en una sala de espera con algún otro Rodríguez presente, pero enseguida leen el nombre y ahí termina todo el asunto", contó Walter y recordó que recién hace un par de años conoció a otro "Walter Rodríguez", que es fotógrafo.