Buscan transformar a Volcán en un polo turistico

El trágico aluvión de enero pasado dejó mucha desolación en el pueblo. Mucha gente perdió la actividad que le daba el sustento diario. Recuperar lo material costará trabajo y dinero, pero retomar cada actividad económica, aun más. Por eso se pensó en un trabajo integral que sume para un desarrollo productivo.

“Lo primero que hicimos fue relevar cuantas actividades económicas tenía Volcán. Nos sentamos uno por uno y le preguntamos a la gente y nos contaron que actividad tenían. Hay 85 proyectos de inversión”, contó Raúl Llobeta, antropólogo y docente UNJu.

Él, junto a otro grupo de personas, elaboró una idea que puede darle a Volcán un impulso singular: “un amigo de Buenos Aires vino y nos preguntó si el barro no servirá para cerámica, porque un geólogo nos explicó que en los aluviones, las partes pesadas quedan arriba y las más finitas bajan y son ideales para cerámica”, explicó.

Cecilia Rosón es un experta ceramista de Buenos Aires que colabora en el proyecto. La Universidad se comprometió a armar la idea y la gente de Volcán, a conseguir los fondos.

El turismo fue eje del debate, ya que por Volcán, pasan más de 800 mil turistas por la ruta, con un gasto promedio de $ 1000 diarios, pero casi nadie entra al pueblo.

“El turismo atrae por cosas que los humanos creamos”, dijo Llobeta. El especialista comentó que pensaron en Volcán como un pueblo solidario que atraiga al turismo por algo, y anticipó que la gente sugirió “construir, en el extremo norte del pueblo, por la Quebrada de Los Filtros, un mirador escultórico, donde se mire el recorrido de la catástrofe”.

Crear esculturas y 100 murales, es otra opción para atraer al turista y lograr que pase horas en el pueblo. “Si logramos que ingresen, de esos 800 mil turistas, a 80 mil, estamos salvados”, dijo y resaltó que el debate también debe centrase en cómo atender a los visitantes.

“Se nos ocurrió la idea de crear “casa amarilla”, donde cada familia hace una habitación anexa a su casa, con camas y un buen baño, para que llegue el turista y se hospede”, manifestó, una idea que algunos países, como Portugal, ya implementan.

“Lo mismo se haría con los restaurantes, no una grande, sino 10 casas con dos mesas cada uno y que los dueños de casa ofrezcan el menú”, resaltó entusiasmado Llobeta. Un aporte que puede llegar a cambiar la realidad de un pueblo golpeado por las catástrofes y la falta de recursos económicos.