El agua vale más que el oro

Una minera de litio dejo sin agua a pobladores y crece la preocupación en el norte

La minería de litio dejó un saldo lamentable en Chile y organizaciones ambientalistas advierten que se pueda repetir en Salta y Jujuy.

Momentos de preocupación se vive en el desierto de Atacama ya que la falta de agua se hizo sentir entre los pobladores quienes responsabilizan directamente a la minería de litio por el consumo indiscriminado del líquido vital. A raíz de esto, ambientalistas locales manifestaron su preocupación por los ya anunciados "avances" en la explotación de lo que llaman el oro blanco. 

En Jujuy, la llamada revolución del litio dejo en manos de una empresa italo-jujeña la explotación el proyecto de JEMSE y SERI, la compañía italiana se han llevado críticas de especialistas que aseguran que el uso del agua representa un riesgo y la realidad que se vive en Atacama podría repetirse en la provincia. De la misma manera que en Chile, la explotación de este mineral en nuestro país se presenta como un camino al desarrollo y ha obtenido hasta importantes bajas en las regalías mineras. El agua ha sido el principal motivo por el que una enorme masa de mendocinos colmó las calles en resistencia a la industria megaminera.

El caso chileno 

Coyo es una de las doce aldeas en los dispersos oasis del desierto. Los miembros de la comunidad se turnan para sacar agua del río San Pedro. Tras dos semanas de espera, Hugo Díaz pudo finalmente irrigar sus campos. "Antes de que llegaran las mineras acá había mucha agua. La minería ha consumido las napas subterráneas, sacan agua de un río de otro sector también y no llega acá el agua que corresponde", dijo Díaz a DW Para los atacameños, el agua no solo tiene un valor material sino también cultural y espiritual. "Para nosotros como likan-antai (etnia atacameña) es muy importante el agua. No solamente el agua en relación a lo que es mantener nuestras costumbres mediante la agricultura, sino que también porque el agua es vida", explicó Vladimir Reyes, uno de los mayores de la comunidad de Coyo. El agricultor enseñó las marcas en el canal de riego que muestran los niveles de agua más altos en tiempos pasados. 

"Muy pocos campesinos pueden vivir de la agricultura. En la actualidad, los jóvenes han tratado de ir aprendiendo sobre la agricultura, pero se ven con el obstáculo de que el agua es cada vez menos. Ese es principal daño que nos están haciendo las empresas mineras", afirmó Reyes. 

2 mil litros por segundo 

Las dos compañías mineras que operan en Atacama, la chilena SQM y la estadounidense Albemarle, extraen cada año más de 63 mil millones de litros de agua salada de las capas más profundas del desierto, es decir, casi 2 mil litros por segundo. Además, la industria consume una cantidad considerable de agua dulce. Según los operadores de la mina, la extracción de agua salada del desierto no tiene ningún efecto en el suministro de agua dulce de la zona. "La salmuera, rica en minerales, no es adecuada para el uso agrícola o como agua potable. Y estamos trabajando muy de cerca con las comunidades locales para asegurarnos de que estamos actuando de manera sostenible", dijo a DW Hailey Quinn, gerente de comunicaciones de Albemarle.

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