Orgullo nacional

Se recibió el primer maestro jardinero Wichí

La historia de Elerio María y su maestro Julio Díaz en el Chaco salteño, un ejemplo de progreso a través de la educación.

En la escuela primaria de Alto de la Sierra hay un póster con el Himno Nacional Argentino en lengua wichi y dos fotos: la primera, de cuando esta era una escuela-rancho, y la segunda, del edificio actual. Julio Díaz es el autor de esa traducción del Himno, y también el protagonista de la lucha histórica por el edificio para esta escuela del Chaco salteño. Maestro auxiliar bilingüe allí por décadas, ahora está a punto de jubilarse. Y aunque las carencias aún son muchas, su orgullo es grande: "Un alumno mío es ahora el primer indígena con título de maestro jardinero en la provincia de Salta, y quizá en la nación. Un paisano indígena recibido de maestro", dice por teléfono.

Se refiere a Elerio María, a quien tiene al lado. Después de completar la primaria y la secundaria en Alto de la Sierra, el año pasado Elerio obtuvo un título que lo convierte en el primer originario recibido de maestro del nivel Inicial. Con tenacidad, gracias al apoyo de su familia y a que su título secundario de Técnico Agropecuario le ofrecía una salida laboral (enseñando a hacer huertas o capacitando en cuestiones de alimentación), pudo mantenerse estudiando. En su motocicleta, desafiando regularmente las inclemencias del tiempo en los 70 kilómetros de tierra que separan su hogar del Instituto Superior de Formación Docente en Santa Victoria Este, logró su objetivo.

"Yo apunté a conseguir más conocimiento al tener la oportunidad de estudiar. Ahora hay posibilidades de que yo trabaje en esta misma escuela (la de Alto de la Sierra). Mientras se hacen esos trámites, trabajo ayudando a mi familia", dice Elerio, de 31 años, padre de dos niños.

Julio Díaz cuenta: "Estoy contento y orgulloso de tener un alumno que sea profesional, que sea mejor que su maestro. Tarde o temprano un niño wichi tiene que ser maestro". Él, en cambio, recién pudo terminar la primaria mientras hacía el servicio militar en Bahía Blanca, muy lejos de su pueblo, en 1981. Después volvió al monte salteño, dedicó su vida a luchar por mejoras educativas y a trabajar como auxiliar bilinge de los maestros con título. Entre otros logros que hoy lo conmueven, nombra a tres ex alumnos que también consiguieron títulos: Marcial Juárez y Rodolfo Vidal (maestros de primaria), y Manolo Catardo (enfermero). "A mí me emociona. Esto sirve para el pueblo", dice Díaz.


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