Sufrió un accidente en la Cuesta de Lipán y escribió una emotiva carta

El 30 de abril de 2018 no fue un día más para la vida de Santiago Calandra, un turista cordobés que junto a su esposa y amigos regresaban de Salinas Grandes por Ruta Nacional 52 cuando tuvieron un accidente en la Cuesta de Lipán que casi les cuesta la vida.

El auto en donde viajaban cuatro ocupantes, un Grand Siena, cayó unos 30 metros por un precipicio y quedó atascado entre las rocas. Tres personas lograron escapar por su propios medios entre los hierros retorcidos pero Santiago no tuvo la misma suerte y quedó atrapado y mal herido.

Minutos después apareció en el lugar del siniestro alguien que para Calandra fue su «ángel de la guarda»: Hugo Ramos, un jujeño chofer y enfermero del Same que al llegar hasta el punto de rescate prometió a los accidentados sacarlos con vida.

La historia terminó con un final feliz ya que Santiago luego de horas de tareas de rescate pudo salir del auto y ser trasladado al Hospital Pablo Soria.

Este cordobés no se olvida de quienes le salvaron la vida y en una conmovedora carta también agradeció a los bomberos Ezequiel Salas y Amador Coria que participaron de esa difícil tarea, según lo recogido por Somos Jujuy.

Leé la carta completa:

«Soy Santiago Calandra, el cordobés que conducía el Grand Siena que cayó al vacío en la Cuesta de Lipán, aquél 30 de Abril de 2018. Hoy, 16 meses después de aquél accidente, puedo decir que cambió mi vida para siempre. Ante una situación adversa uno lo primero que tiende a decir es «¿por qué a mí?; qué mala suerte la mía; que desgracia»; y muchos otros pensamientos negativos propios de la situación límite en la que uno atraviesa.

Aquél 30 de Abril estábamos terminando nuestra hermosa estadía en Jujuy y habíamos decidido visitar Las Salinas Grandes, llegamos al lugar y la pasamos excelente, cuando a media mañana decidimos dejar Jujuy para continuar nuestro viaje a Salta.

En el auto viajábamos 3 personas, yo, Santiago, quién conducía, mi esposa Melani y nuestra amiga Florencia; además viajaban 3 amigos más en otro vehículo, Fabio, Noelia y Romina. Comenzamos a descender la Cuesta del Lipán cuando en una de las curvas, más precisamente la del mirador donde todos se toman la foto panorámica del imponente camino rutero, motivo por el cuál el guardarrail se encontraba abierto, perdimos el control (venía en segunda a 30km/h y tocando el freno cuando entraba a cada curva) del vehículo y caímos dando tumbos a la curva de más abajo, cómo si fuera poco el auto comienza a oscilar entre la curva en la que se había detenido y el precipicio, para finalmente caer unos 30mts al vacío donde milagrosamente queda dado vuelta y atrapado entre las piedras.

Florencia logra salir del vehículo por sus propios medios, mientras que Melani y yo quedamos atrapados entre los fierros retorcidos. Mi esposa tenía un corte en la cabeza, y estaba atrapada en el asiento que se había cerrado; yo tenía una luxación completa de un pie, los dedos fracturados del otro pie (quedaron ambos pies atrapados entre los pedales del auto), dos cortes en la cabeza, varios cortes en la mano y con muchas dificultades para respirar.

Luego de que se nos pasara la vida en un instante, y de pedirle mucho a Dios que no nos deje morir de esa manera, apareció nuestro ángel de la guarda, Hugo Ramos, más conocido como «ramito» enfermero y conductor de una ambulancia del Same Jujuy, quién había recibido instrucciones de rescate en montaña y no dudó en bajar a ayudar, arriesgando su vida ya que el lugar era totalmente inestable, sin embargo nos llevó oxígeno y NOS PROMETIÓ SACARNOS CON VIDA (lo remarco porque nos devolvió las esperanzas).

Cabe destacar que nuestro amigo Fabio, fue quién en su vehículo fue a todas las localidades vecinas a buscar personal de bomberos y los llevó al lugar del accidente. Momento en el que descendieron a ayudar a Hugo Ramos, los bomberos Ezequiel Salas y Amador Coria, éste último ingresó al vehículo y destrabó mis pies cargando con ellos mientras el resto de los bomberos nos sacaban a la superficie. Fue entonces donde mi peso jugó un rol importante y de gran riesgo, yo pesaba exactamente 184 kg y tenía mis dos pies inhabilitados. Me ataron como pudieron en una tabla de rescate y con el malacate de la camioneta de Defensa Civil me elevaron a la superficie, mientras Ezequiel Salas me cargaba y guiaba.

A todo ésto el accidente fue a las 10:30hs de la mañana y lograron sacarnos del vehículo a las 19:30hs (yo fui el último en salir por mis complicaciones físicas). Nos cargaron en distintas ambulancias y fuimos trasladados al Pablo Soria a medida que nos sacaban a la superficie. Gracias a Dios estábamos vivos y gracias a nuestros hermanos jujeños estábamos a salvo...

Luego de dos intentos fallidos de colocarme el pie en su lugar en el Hospital Soria, fuimos trasladados a Córdoba, donde el Dr. Ezequiel Catá, realizó una cirugía abierta poniendo los huesos en su lugar y salvando mi pie.

A los 4 meses del accidente recibimos en mi casa, en Córdoba, la visita del cuerpo de bomberos de Tilcara, donde estaba Ezequiel Salas, quién me había cargado para sacarme ileso. Y en Noviembre del 2018, para mi cumpleaños, me visitó también en mi casa, Hugo Ramos con su hija, la emoción fue inmensa, ya qué a él le debía todo. Dios los puso en el momento y en lugar justo.

Comencé un tratamiento para adelgazar, baje 35 kg y me realizaron una cirugía bariátrica para ayudar al descenso de peso. Todo el proceso fue acompañado por una rehabilitación diaria, con el Lic. Nahuel Zabala, por mas de 15 meses, donde prácticamente aprendí a caminar de nuevo.

Hoy, 16 meses después, eh perdido más de 80 Kg, y eh dejado el bastón. Además todo el proceso es supervisado por mi psicóloga Daiana Troyano. La felicidad es inmensa, para mí y toda mi familia.

¿Cómo un hecho adverso te puede fortalecer y potenciar para cambiar tu vida?, eso es la resiliencia; la vida me llevó a comprender el significado de lo que realmente vale la pena disfrutar y el valor que le damos a las cosas, hoy tenemos todo y mañana no somos nada...