Aberrante es poco

"El cura me violó durante años y me hizo abortar tres veces"

Ese fue uno de los cinco relatos, uno por continente, con el que la cumbre contra los abusos en el Vaticano reflejó la atrocidad que vivieron miles de personas.

En las paredes del Vaticano resonaron este jueves testimonios desgarradores. Cinco voces silenciadas por el clero durante muchos años fueron recopiladas en un video que inauguró este jueves la cumbre contra la pederastia en la Iglesia convocada por el papa Francisco.

En el video un hombre latinoamericano, una mujer africana, y otros tres hombres de Europa del Este, Asia y Estados Unidos, contaron sus experiencias. Los nombres de las víctimas no fueron revelados, ni tampoco trascendieron imágenes. Se trata de cinco testimonios con los que intentaron reflejar una situación que afectó a miles de personas alrededor del mundo.

"Lo primero que hicieron fue tratarme de mentiroso", es una de las denuncias que escucharon los 190 representantes de la jerarquía católica presentes en el encuentro. "Me dieron la espalda y dijeron que yo y otros éramos enemigos de la Iglesia", lamentó una de las víctimas, el hombre latinoamericano.

"Yo sé que están allí hablando sobre cómo terminar y cómo empezar de nuevo y cómo reparar todo este daño. Primero, no más pedidos de perdón falsos, obligados ya no funcionan. A las víctimas hay que creerles, respetarlas, cuidarlas y repararlos. Hay que reparar a las víctimas, hay que estar con ellos, hay que creerles, hay que acompañarlos", dijo.

Por su parte, la mujer africana relató que desde que tenía quince años fue obligada a mantener relaciones sexuales con un sacerdote.

"Estuve embarazada tres veces y tres veces él me hizo abortar. Simplemente porque él no quería un preservativo ni un método anticonceptivo. Al principio tenía tanta confianza en él, que no sabía que podía abusar de mí. Tenía miedo de él. Y cada vez que me negaba a tener relaciones. Él me golpeaba", se escuchó en la sala donde se reúnen los obispos.

La mujer afirmó que su vida quedó "arruinada" y que después de "sufrir tantas humillaciones" no sabe lo que le deparará el futuro. Por ello, pidió a la Iglesia "comportarse con responsabilidad, como personas sensatas".

En otro testimonio, un sacerdote de la Europa del Este que tiene ahora 53 años contó que en el seminario un superior se metía en su cama y lo tocaba. Señaló que lo que lo hirió profundamente fue que después de muchos años se lo contó a un obispo y no solo no le respondió sino que después recibió ataques.


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