Cómo hacer huevos Kinder caseros, fáciles y deliciosos
Ya no tenés que visitar el kiosko de la esquina para satisfacer tu antojo. Aprendé a preparar estas delicias chocolatosas desde la comodidad de tu cocina y sorprendé a la familia en la merienda.
No hay límite de edad para disfrutar de un huevo Kinder. Estos pequeños bocadillos chocolatosos son el dulce favorito de generaciones enteras gracias a su deliciosa combinación de chocolates. Para satisfacer un antojo o simplemente alegrarte la tarde, con esta receta vas a poder recrear la magia del Kinder en casa.
Antes de empezar nuestra receta es importante saber qué podemos incluir dentro del huevo Kinder para poder sorprender a los más pequeños. Lo más importante es que la sorpresa no sea demasiado peligrosa, sobre todo si se trata de un juguete o una figurita pequeña de alguno de sus personajes favoritos. Sobre todo para los principiantes, lo recomendable es optar por gomitas, galletitas o un chocolate.
Ingredientes
Chocolate negro de cobertura (puro o con leche, al gusto)
Chocolate blanco de cobertura
Sorpresa interior
Molde para huevos de chocolate
Esconde mensajes en pequeños rollos de papel dentro de tus huevos Kinder caseros para sorprender a la familia.
Modo de preparación
Para empezar, derretir en un recipiente el chocolate de cobertura negro, que será la base del dulce huevo. Se puede utilizar un baño María o el microondas, siempre con intervalos cortos de tiempo y revolviendo para que el chocolate no se queme.
Una vez derretido el chocolate, dejar que se enfríe un poco antes de vertir en los moldes de huevo. La clave para la construcción es cubrir toda la superficie del molde de manera uniforme, y no excederse en cantidad (recordar que todavía falta una segunda capa de chocolate).
Dejar que los huevos enfríen a temperatura ambiente en el molde durante 10 minutos, aproximadamente, y después, colócalos en la heladera para que se acaben de endurecer.
Mientras se enfría la base de los kinder es hora de derretir la segunda parte de la cobertura: el chocolate blanco. Repetir los mismos pasos que con el chocolate negro. Cuando esté totalmente deshecho, dejar templar durante unos minutos.
A continuación, sacar el molde de la nevera y vertir con cuidado el chocolate blanco sobre el chocolate negro. Para realizar este paso, es recomendable utilizar una cuchara o un pincel y no verter directamente el chocolate, para evitar que la primera capa de chocolate se derrita por la temperatura del chocolate blanco.
Con las dos capas de chocolate en el molde, volver a refrigerar unas horas hasta que se endurezca el huevo. Desmoldar con cuidado.
Cuando se obtengan ambas mitades, coloca dentro de una de ellas la sorpresa. Después, fundir un poco de chocolate y pega las dos partes para tener el huevo completo, preferiblemente con la ayuda de un pincel. ¡A comer!
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