Se pasaron

Un hombre lleva más de 30 años tratando de recuperar su identidad

El hombre nunca votó, no puede inscribir a sus hijos con su apellido, no existe, por una negligencia cuando lo anotaron al nacer.

QPJ SOCIEDAD

Desde hace 36 años Pablo Alejandro Ramos no es nadie. No tiene identidad. La negligencia al inscribirlo en el Registro Civil de Rosario de Lerma lo dejó sin derechos ni identidad.

No es ciudadano argentino. Nunca votó. Y sus hijos no pueden llevar su apellido porque fue anotado como Paola Alejandra Ramos. Y desde entonces sigue siendo ese su nombre en cualquier documentación.

Hace tres décadas que intenta que alguien lo ayude a reparar semejante error de identidad. No se puede casar y no lo pueden registrar en ningún trabajo. Es decir, que no tiene nada y no es nadie, según sus propias palabras.

Sus padres eran personas de campo, muy limitados en sus conocimientos. Cuando lo inscribieron en el registro civil de Rosario de Lerma, quien los atendió, vaya a saber por qué motivo le cambió el nombre y el sexo.

"Mis padres no se dieron cuenta. Con los años, al comenzar con los trámites de la renovación de mis documentos, se dieron con esa novedad", explicó el hombre.

Fue tanta la torpeza de aquel personal para inscribir a Pablo que cuando le llegó el DNI a los 8 años, tuvieron la irresponsabilidad de sobreescribir en el documento las letras sobre el nombre de mujer. Al nombre Paola le pusieron la "b" y la "o" para disimular el grotesco error.

"En la escuela no tenía problema porque las maestras y la directora de mi escuela me ponían el nombre verdadero, a pesar que mi documento estaba corregido, pero mi partida decía "Paola'. Siempre les decían a mis padres que cambiaran el nombre completo porque iba a tener problemas cuando grande", cuenta a El Tribuno.

Grandes dolores de cabeza

Al crecer Pablo decidió formar una familia. Ahí surgieron nuevos y peores inconvenientes por su identidad. "A pesar de tener la partida en esas condiciones, el registro civil de Rosario de Lerma, me hizo otro certificado de nacimiento con mi verdadero nombre. Pero cuando me iban a dar mi primer trabajo registrado en una finca (blanqueado), saltó que mi partida seguía con el nombre de mujer".

Ramos debió recurrir a abogados para presentar recursos ante la Justicia. Sus hijos no pueden tener su apellido. Su identidad con su número de documento sigue con el error de inscripción de Paola Alejandro Ramos.

"Ya no sé que hacer. La justicia no me da soluciones y sigo perdiendo trabajos. Mi vida no existe. Nunca pude votar. Quiero comprar algo con mi documento y no puedo. Piensan que es falso porque está sobreescrito. Y cuando me piden mi partida de nacimiento, ya no sé qué decir. No soy nadie. No tengo identidad por culpa de gente negligente".

Llama la atención que la partida de nacimiento se completa con otras documentaciones. Tal es el documento extendido por el hospital donde nació y el testigo del nacimiento. En todos ellos, su nombre está bien escrito "Pablo Alejandro Ramos". Sus padres por las limitaciones que tenían nunca se percataron y se confiaron en quién los atendió en aquel entonces en el Registro Civil de Rosario de Lerma.

Hoy pasaron 36 años y continúan los errores. Le extienden los certificados labrando su nombre verdadero y su género. Sin embargo, no son capaces de enmendar el error ante la sede central del Registro Civil de la Provincia para que Pablo tenga su verdadera identidad. Una cadena de negligencias que ni la Justicia pudo subsanar a este hombre humilde.


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