Pide una mano

Todos lo quieren: la angustia del vendedor jujeño que puso "todo al costo"

Gustavo Rivera es muy querido en Palpalá, viene de familia de comerciantes pero reconoce que se le está haciendo muy cuesta arriba.

QPJ JUJUY

Puso todo al costo para no cerrar: comerciante jujeño no da más. Pide que le den una mano ya que está vendiendo todo muy barato para poder continuar con su actividad.

La difícil situación económica golpea con fuerza a los pequeños comercios de Palpalá y Gustavo Rivera lo sabe mejor que nadie. Dueño de un local tradicional y parte de una familia con más de cincuenta años en el rubro, asegura que atraviesa el peor momento desde que comenzó a trabajar.

Las ventas se desplomaron durante gran parte del año y ni siquiera las fechas clave lograron revertir la tendencia: el Día de la Madre, del Padre, del Niño o del Amigo pasaron sin el repunte que históricamente ayudaba a sostener la actividad.

La gente en Palpalá lo reconoce, sabe que Gustavo vine de familia de laburantes y uno de los mensajes conmovió al recordar mejores épocas y cómo, de alguna manera, la familia Rivera era parte de la historias de otras familias jujeñas.

Agotado por meses de ingresos mínimos, Gustavo se vio obligado a tomar una decisión extrema: vender gran parte de su mercadería a precio de costo. Explica que muchos días no ingresa siquiera un cliente y que la única manera de mantener abierto el negocio es reducir al máximo el margen de ganancia. Asegura que no sabe exactamente qué pesa más en su situación, si el aumento de impuestos y servicios o la competencia del comercio informal, pero reconoce que el panorama se volvió insostenible.

"Voy a hacer todo lo posible por no cerrar mi negocio", afirma con una mezcla de preocupación y determinación. Para él, sostener el local no es solo una cuestión económica, sino también emocional e histórica. Representa el trabajo de toda una vida y el legado de una familia que dedicó décadas al comercio en la ciudad. Por eso insiste en que bajar los brazos no es una opción.

A pesar de la cercanía de las fiestas de fin de año, Gustavo no tiene grandes expectativas respecto a una mejora en las ventas. Sabe que el bolsillo de los vecinos está tan ajustado como el suyo y que las compras de diciembre ya no son lo que eran en otros tiempos. Aun así, espera que la comunidad pueda brindarle una mano en este momento crítico, aprovechando los precios rebajados con los que intenta resistir.

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