Furor por los bolsones de carne en Jujuy: precios bajos y dudas sobre su origen
Ofertas tentadoras en grupos de compraventa incluyen bolsones a precios muy por debajo del mercado, sin controles ni garantía sobre su origen.
En Jujuy, como en buena parte del país, la crisis económica ha disparado una tendencia preocupante: la proliferación de publicaciones en redes sociales y grupos de compraventa donde se ofrecen bolsones de carne vacuna a precios llamativamente bajos, sin rótulo, sin cadena de frío garantizada y con entrega en domicilios particulares.
"Últimos bolsones de carne de novillo. El kilo está $6.500. Bolsón de 6 kilos $39.000. Se retira por mi domicilio en barrio Chijra", dice una de las tantas publicaciones que circulan en Facebook Marketplace y grupos de compraventa en WhatsApp.
Estas ofertas, en apariencia irresistibles, despiertan inquietud: ¿De dónde proviene esa carne? ¿Está apta para el consumo? ¿Qué controles sanitarios se le realizaron? La informalidad en la comercialización de alimentos perecederos conlleva riesgos sanitarios serios, especialmente en contextos donde las inspecciones oficiales escasean.
Detrás de esta realidad también hay una necesidad. La caída del consumo de carne vacuna en la Argentina ha empujado a muchas familias a reemplazarla por opciones más económicas como el pollo o el cerdo. Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, en 2024 el consumo per cápita de carne bovina cayó a 47,8 kg, mientras que el pollo llegó a 45,2 kg y el cerdo a 16,8 kg. Para los primeros meses de 2025, la tendencia de sustitución se mantuvo y el pollo ya representa más del 40% del consumo total.
"Con lo que cuesta un kilo de carne vacuna hoy, podés comprar tres kilos de pollo o dos de cerdo. La elección es económica", explicó Miguel Schiariti, presidente de CICCRA. Pero aun así, muchas personas siguen buscando cómo acceder a carne roja sin pagar los $10.000 o más que cuesta en una carnicería.
En este escenario, los bolsones a domicilio se posicionan como una "solución" alternativa, aunque sin garantías. Desde el sector cárnico formal alertan sobre la competencia desleal y el riesgo para la salud pública. "Hay carne que está entrando por canales paralelos, muchas veces faenada de forma clandestina, sin control bromatológico. Nadie puede asegurar que sea segura", advierten.
En tiempos donde el consumo es cada vez más una decisión condicionada por el bolsillo, las redes sociales se llenan de oportunidades que, más que gangas, pueden ser una bomba de tiempo. Mientras tanto, en la informalidad, la carne sigue rodando.
La verdad me indigna la desinformación que manejan.
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